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miércoles, 14 de noviembre de 2012

a propósito de "Ángel"...




 


Todo ángel es terrible. Con un solo gesto alejas de ti lo que obliga y lo que limita. El cielo te llama y te arranca de tus formas femeninas, bellas, terribles. Las primaveras te necesitan y las estrellas reclaman que las percibas. Todo ángel es terrible pero has de creer en ellos. Y vuelve a ser bella. Alza el vuelo de tu mirada y dedica una sonrisa al mundo que te embellece.


He recuperado estas imágenes, las únicas que quedan de aquel proyecto en el que algunas personas, grandes amigos todos, nos embarcamos con enorme ilusión. Han pasado unos nueve años. Éramos estudiantes. Dábamos de comer a nuestro sueño de dedicarnos al cine, a la escritura, al arte. El cortometraje nunca vio la luz. La razón la conocen todos los que trabajaron para darle forma e imagen a un guión literario que escribí para cierta asignatura de Comunicación Audiovisual y cuya profesora, a quien (para mí sorpresa) le gustó especialmente, me animó a formar un equipo y rodarlo. El equipo, sin duda, fue el mejor que jamás pude imaginar. Lo que queda no tiene más que un valor sentimental: veo las imágenes y es un álbum en movimiento de personas que fueron y son tan especiales para mí; nadie podrá decirme nada en contra, son criaturas angelicales, a las que, con los años, se han ido sumando otras: todos son bellos y terribles. Con ellos vivo.

Por creer en el texto, en la poesía y en mi ángel, por disfrutar (y sufrir un poquito, para qué negarlo), por compartir su tiempo conmigo aquel invierno, les doy las gracias y dejo constancia aquí de lo que se salvó de todo aquello. Lo más importante que yo, personalmente, conservo de Ángel es algo que jamás pudo quitarnos el tipo (uso esta palabra con plena consciencia) por el que, finalmente, esto terminó siendo un proyecto inacabado: nuestras ganas de seguir creando, creyendo y soñando. Tampoco pudo arrebatarnos lo que aprendimos en todo el proceso ni, muchísimo menos, el cariño que creció entre las personas, tan bonitas, que participaron.

Nombro aquí a los responsables del cariño que hoy siento, a las que estoy tan agradecida:

Equipo técnico: Víctor Fandiño, Fede Sánchez, Rubén Palacios y Paco Higuera.
Actores principales: Paloma Sánchez de Andrés y Jaro Onsurbe.
Actores secundarios: Raquel Cabanillas, Andrés Sudón, Óscar José Martín, Débora Marcos, Miguelón Martín, Jesús Sierra y Miguel Miñana.

Debería nombrar también a los extras, a los dueños del local y a la profesora que nos animó a llevar a cabo la tarea. Es imposible que recuerde sus nombres, pero no me olvido de ellos tampoco aquí. 

Este agradecimiento sería parcial si no manifestara mi admiración por el poeta que inspiró el guión: Rainer Maria Rilke. Fue Jaro quien, cuando nos conocimos, me regaló un ejemplar de Elegías de Duino. Creo que fue mi primer y más profundo acercamiento a la poesía; desde entonces, procuro mantenerme lo más cerca posible de ella.

A todos ellos, una vez más y siempre, gracias.

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