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viernes, 17 de junio de 2016

aquella mujer

No soy aquella mujer,
ahora ensanchada.
Mis estrías no son suyas,
no son suyos mis desvelos
ni esta arruga impertinente,
todo como un arado del tiempo
que me surca y llamo carácter.
No soy aquella mujer,
ahora hembra del día.
No madruga ella, ella
no conoce los soles que celebro
ni yo asumo ya su esmalte de luna.
Aquella mujer no era
la niña en el columpio,
la chica de peto,
hermana del pájaro.
Era loba, y sus dientes, humo.
Yo lavé su vestido roto,
tarareaba su tristeza,
la invocaba en los espejos.
Me destruyó una vez, solo una,
y el dolor me pareció hermoso.
Ya no quiero sus preguntas,
no atesoro sus miedos.
No va a volver.
Estoy rasgando sus telas,
he hecho trizas sus cristales,
aúllo despierta su silencio.
No soy aquella mujer,
ahora viva, ahora deseo.
La mató mi amor
y no la lloro.

andrea mazas