Ciertas tardes te pasas con la
siesta. Te despiertas cuando otros se están preparando para dormir... y no sabes
si en el sueño que acabas de tener, pero que ya no recuerdas, has dejado
perdido al niño que creías ser. Las moralejas se amontonan, entonces, en el
cerebro y no hacen la vida más fácil. Ya no enseñan nada o, en todo caso, te
enseñan a olvidar lo importante para que te centres en cómo conseguir tu plato
de lentejas de cada día. Aburrimiento... Pero quedan los dragones. Si somos
capaces de reconocerlos, ellos pueden salvarnos y devolvernos el sentido del
cuento.
Con esta canción, Andrés Sudón y yo, una tarde de niño lejano y siesta terrible, nos recuperamos el dragón y nos salvamos del aburrimiento que, de vez en cuando, implica ser adulto.
Con esta canción, Andrés Sudón y yo, una tarde de niño lejano y siesta terrible, nos recuperamos el dragón y nos salvamos del aburrimiento que, de vez en cuando, implica ser adulto.
Nana para Andrea
Letra: Andrés Sudón y Andrea Mazas.
Música: Andrés Sudón.
He soñado que era un niño
Música: Andrés Sudón.
He soñado que era un niño
que imaginaba ser mayor
y, digan lo que digan,
las cosas no son como son.
Hoy me he pasado con la siesta.
La luna se ha quedado a medias.
(Te sienta bien la camiseta...
Echo de menos las pesetas.)
Abajo hay un jardín romántico
de flores cortadas que esperan secas,
pero Caperucita se ha roto la cadera.
Peter Pan ya se ha cansado
de estudiar bachillerato.
Quiere hacer oposiciones
para Capitán Garfio.
Abajo hay un infierno helado
y un hada se lanza del balancín.
El viento levanta fotogramas de la
infancia
y Wendy no aguanta a que llegue la
ambulancia.
No me entra el traje de princesa.
Detesto el título de reina.
A esta mazmorra no le iría mal
un dragón enorme.
Abajo hay un infierno helado
abandonado de la mano del diablo.
Los cuentos eran ciertos
pero no las moralejas.
Yo cambié mi infancia
por un plato de lentejas.