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martes, 27 de marzo de 2012

en blanco


No digo nada.
Cuando la otra calla,
mi voz es silencio.

Ella es placer y el poema.
Ella es sombra y la amante.
Con ella recorro todos los caminos:
     de la flor hasta el sueño,
     desde el miedo al olvido.
Con ella fui la niña
que se convirtió en dragón,
ella habitaba el espejo,   y yo fui
algunos días sus versos.
ciertas noches los pétalos.
No digo nada:
las dos somos invisibles
cuando la otra guarda silencio.

domingo, 25 de marzo de 2012

en una sola noche


En una sola noche
inventé las geografías de su piel
y recorrí, palmo a palmo,
las capitales del deseo
hasta encontrar su amor
en las afueras.

A la mañana siguiente
había una estación en su cara
y un tren de vuelta en el portal.

Un gracias por su visita
hubiese bastado para volver.
Sin embargo,
se mojaron todos los mapas
cuando el mediodía nos despidió
como dos habituales turistas del placer.

jueves, 22 de marzo de 2012

origen


Soy la ofrenda de su primera noche,
retrato y flor de aquella muerte:
él la desnudó con dedos de carbón
—ella aún tiene el sexo tiznado—,
descubrió el sensual surtidor,
puso un ánfora en sus manos
y bebieron, boca con boca,
el vino de su placer adolescente.

Todos los sepultureros dormían cuando, 
bajo una manta, junto a la vieja chopera, 
ellos murieron de amor. 

andrea mazas

domingo, 18 de marzo de 2012

(sin título)


Llueve fuera
y no es consuelo.
No disuelve la tristeza
de este día sin propósito.
Me quedo anclada
al recuerdo adulterado
por la soledad y el miedo
de este duelo sin florete
del que no sé salvarme.
Hace frío en la memoria. En ella
mis brazos no dibujan
cuerpos al placer.
Yacen en barro de lágrimas
que no me nacen.
Si me quitara la máscara,
el día vería
mi rostro negro.


andrea mazas

sábado, 10 de marzo de 2012

timidez



No sé qué palabras escoger para replicarte,
darte una razón para despistar la timidez
y no llamar, entrar sin más,
en este deseo maquillado de desastre.
¡Qué tentación dejarse perder por un beso…!
¿Qué palabras mías serán 
con las que tú te des por contestado?
No lo sé.
Araño los bolsillos desgastados
y no quedan secretos.
Tus miedos y mis miedos 
se interponen entre nuestras bocas,
interfieren en el beso,
que se engancha en las comisuras sin darse,
y la piel queda presa en el frío de la mente.
En el espejo retrovisor,
los ojos espían los segundos que le faltan a este instante
en el que no acaban de juntarse las bocas.
Arrancas
y el beso queda huérfano
en el calor de la timidez con que nos abrazamos
como extraños en la memoria.

Otra vez
ahora parece que el baño pudo ser una guarida,
un fuerte donde haberle dado tregua a la culpa
y hacernos la paz a boca suelta.
Pero este amor no pide cuentas,
tampoco hay libro de visitas.
Al menos, tenemos a nuestro favor
todos los parques de la imaginación.
Ella está poniendo mis manos en tu piel invisible.
El cariño acumulado
está llenando mis grietas de diminutivos.
En la garganta se enredan
y no sale el grito que guardo
ni un ven.
Al no no le faltan razones,
al le sobran y
así no hay quien se aclare.
Mi timidez no sabe quitarte la ropa,
la tuya no puede romperme las medias
y el deseo nos mira
con la cremallera subida hasta las ganas...
y todo vuelve a quedar en un porvenir retrasado
al que nosotros llegamos tarde
para inventarle otros labios a la despedida.

andrea mazas

jueves, 8 de marzo de 2012

ni musa ni princesa

la poesía, según nicanor parra, es llamar a las cosas por su nombre
pues venga
(Gonzalo Escarpa)

antes de que me digan princesa,
antes todavía de que algún
poeta cantautor pintor peón de construcción camarero actor
teleoperador adolescente etcétera
me intente embaucar
haciéndome creer que yo soy su nueva musa,
quiero advertir, si es que sirve de algo,
que yo no quiero ser como raquel ni leonor,
no quiero tener sus bocas carnosas y rojas
ni que me queden tan bien como a ellas sus faldas

no quiero las curvas de infarto de silvia,
ni la melosidad de marta,
ni las dulces formas de ángeles
ni ser risueña como patricia

no envidio los buenos modales de ana
porque no los necesito,
ni aparentaré más la inocencia de rebeca,
la picardía de laura, la rebeldía de clara
ni el modernismo de maría
ni, por supuesto, intentaré ser tan fina como su hermana
porque nunca seré como ellas
no aspiro al máster de carmen
ni a tener el sentido del ritmo de paloma:
nunca he sabido bailar ni hacer un striptease


no voy a tatuarme una mariposa en el culo
ni una araña en una teta
ni diablo ni guarra ni amor en japonés,
no quiero un piercing en la lengua
para poder prometer algunas noches
la mejor mamada de su vida
a ningún chulo de discoteca
como nunca quise convertir
en el amor de mi vida
a ningún rubio de ojos azules
con mi amor único y redentor

no quiero las medidas de marilyn
ni los ojos de greta,
no tengo el descaro de mae west,
no aspiro a ser ninguna yoko
ni ser de nadie la maga que busca

reconozco que no quiero la tristeza de alejandra,
aunque a veces me arrastre de los pies,
ni los colores de frida,
aunque siempre salga a la calle manchada de ellos
no quiero apoyarme en las ventanas como gala
para ver cómo se pelean por mí jules y jim
porque no me suicidaré con ninguno de ellos

no voy a aprender a fumar
como fumaba mi madre a mi edad,
ni pretendo volver loco a mi padre
porque ya lo hice

no me voy a casar
en las vegas con lennon
disfrazada de gioconda
ni en iglesias ni en juzgados
con ningún hombre de provecho,

no quiero hacer lo que hicieron
las vanessas que enamoraron a todos mis amantes
ni llorar como lloran las vírgenes
ni ser en la cama más puta que la magdalena
ni más señora que las putas en las tiendas
ni más falsa que las señoras en la calle

no quiero saber qué es lo más adecuado en esta situación
ni las guarradas de la a a la zeta
que ponen a cien a los hombres en los bares

no me trencé nunca el pelo estilo julieta,
como tampoco esperé sentada a que
un rebelde o un malote
tirase piedras a mi ventana
para llevarme en su harley
a un granero abandonado
o al huerto
o a una bonita duna
o al faro del fin del mundo
para cogerme como nunca me han follado

nunca pedí el teléfono a ningún camarero
(de esto sí me arrepiento)

cartas de amor no quise
y las que escribí las niego
porque salieron de mis manos sin permiso
cuando de ebriedad me rascaban las ganas

caballeros y oficiales,
finales de película felices,
rosas sin vino,
su banda sonora se desafina en mi guion:
no sé soñar como sueñan las princesas,
ninguna amiga me confesó el secreto
que convertía en príncipe de cuento
cada rana que besó

así que por qué ahora tendría
que maquillarme como las cabareteras
o desnudarme como lo hacen las ninfas

ni se os ocurra pensar que fingiré mis orgasmos

yo no sueño con una noventa y cinco
ni con pesar menos de sesenta
ni con uñas de porcelana,
largas pestañas, piel de seda

me da igual si me dicen guapa los poetas
o si me escriben poemas los obreros

yo no necesito que nadie me diga
cómo me queda mejor el pelo,
ni qué color le sienta mejor a mi boca,
ni qué camino he de seguir
para no dejarme perder
si el que sigo no me lleva
a su cama otra noche

por última vez:
no quiero ser la princesa de nadie,
bastante tengo con intentar saber
quién es Andrea

andrea mazas